Forma y exégesis marca la continuidad de la carrera de Vinicius de Moraes como poeta. Con todavía 22 años, era el segundo libro del joven que todavía se aferraba al Simbolismo como escuela predilecta a la hora de escribir versos o elegir temas. Las diversas dedicatorias del libro a Arthur Rimbaud, Mallarmé, Claudel o Jacques Riviére sellan la alianza del joven poeta con su matriz literaria francesa y nos muestran la filiación poética que aún cultivaba Vinicius. A pesar del universo simbolista y su conexión con el medio intelectual católico de Río de Janeiro, el libro presenta algunos primeros pasos de una poética que sería común en el futuro. De los largos versos herméticos y trascendentales destacan poemas como “Ilha do Governador”, sobre su infancia en el barrio de Río, o “El regreso de la mujer morena”. Ya apuntan a un Vinicius más tangible y cotidiano, que, sin embargo, dotaría aún más de belleza y profundidad a su expresión.