Diplomático que ocupó su primer puesto en el extranjero (como vicecónsul), Vinicius de Moraes aterrizó en Los Ángeles, California, en 1946, y pasaría allí los siguientes cinco años. Fue una época en la que, además de convivir con la colonia artística brasileña radicada en Hollywood -en la que Carmen Miranda brillaba como su centro gravitacional- y con nombres del cine americano, como Orson Welles, Vinicius empezó a adentrarse en un nuevo musical. universo: el jazz. Fascinado por la sufrida historia de los estadounidenses negros y fascinado por la variedad de ritmos de la música que surgió de la intersección de las culturas de los esclavos y los colonizadores europeos, el futuro compositor de bossa nova frecuentaba clubes, estudios de grabación y discos especializados. tiendas, además de formar compañerismo con decenas de músicos, compositores y amantes de este género musical con textos poco conocidos recogidos por Eucanaã Ferraz y un proyecto gráfico del estudio warrakloureiro que retoma el lenguaje de la época dorada de los álbumes de jazz (. de sellos como Blue Note y otros), Jazz & Co. celebra a Vinicius de Moraes con todo lo que distinguió al autor: música, literatura y una gran belleza.